¿Cómo encuentro la esencia adecuada?

Antes de empezar a trabajar con esencias florales, debes tener claro cuál es tu motivación.

Si sólo está interesado en hacer desaparecer un síntoma, sin averiguar de dónde viene y qué relación tiene con usted, visualiza la siguiente situación:

Está conduciendo por la autopista cuando de pronto el indicador de aceite se ilumina en el salpicadero. ¿Qué haces? Para eliminar el síntoma bastaría con golpear la bombillita con un martillo. La lucecita se apagaría y todo volvería a su estado normal. Pero también puedes detenerte, hacer un descanso y dejar que el motor se enfríe para determinar con más exactitud cuál es la causa del aviso. Podría ser que sólo faltara aceite. Podría ser que el nivel de aceite fuera adecuado pero el sistema electrónico no funcionara correctamente... ¿Cómo actuarías? Si el diagnóstico es sencillo (falta aceite), puedes solucionarlo tú mismo con facilidad. Si la situación es dudosa, tendrá que pedir asistencia en carretera.

Las esencias florales no trabajan para nosotros, ¡sino con nosotros! Trabajan siempre con la personalidad y la esencia de la persona, no contra una enfermedad. Por eso este libro no contiene ningún índice que recomiende la esencia adecuada para cada trastorno.

La energía de las flores se acerca a nosotros y se ofrece a acompañarnos en nuestro camino. Debemos tener claro desde el principio que entramos en un proceso de transformación, cambio y curación. Los procesos tienen lugar siempre a lo largo de un periodo de tiempo determinado a una velocidad adecuada para ello (rápido, con pausas, despacio), lo que significa que no existe una única esencia que lo solucione todo en un santiamén.

En la situación en la que te encuentras, ¿eres capaz de juzgarte a ti mismo objetivamente? Si tienes dudas a la hora de analizarte o sufres una enfermedad grave, puede que lo mejor sea pedir ayuda. Si tratas con niños o personas mayores, o quieres ayudar a animales o plantas, puedes fiarte de tu intuición. Pero considera siempre cuál es tu motivación.

Ten en cuenta que uno sólo puede cambiarse a sí mismo, y no a los demás. El cambio siempre es mejor en uno mismo.

Para empezar es aconsejable hacer inventario de tus sentimientos: ¿cómo me siento en mi situación actual? No te centres en los síntomas físicos. Tómate tiempo para tranquilizarte, rezar, meditar, para aprender a sentirte a ti mismo de nuevo. Abre el corazón en un estado de calma y relajación e imagina que tu chakra del corazón irradia una luz dorada hacia las esencias florales. Deja que tu amor propio y tu gratitud por poder contar con las esencias para que te acompañen en tu camino te inunden conscientemente. Ahora pide al alma de las plantas que te ayuden a emprender el camino de la luz, del amor y de la curación. Puedes estar seguro de que las esencias que quieran acercarse a ti serán más cálidas, agradables, energéticas y luminosas al tacto. Acaricia tu juego de esencias con las manos a una distancia de cinco a diez centímetros y déjate llevar.

Si ya tienes experiencia con péndulos, radiestesia, kinesiología, etc., naturalmente puedes utilizar tu propio método de prueba para encontrar tu esencia floral.

A continuación saca del estuche las flores que se hayan “pronunciado” (no más de cinco) y colócalas ante ti. Para averiguar qué esencia o combinación de esencias es la adecuada para ti en ese momento concreto con ayuda de las almas de las plantas, sostén cada frasco uno por uno al menos cinco minutos en la mano. Así podrás sentir con mayor intensidad hormigueos, frío, calor, emociones, respiración, pulsaciones y otras sensaciones que te ayudarán a decidirte.

Ahora es el momento adecuado para buscar en el libro la esencia que has escogido a través de las sensaciones y percepciones. Sólo si lo haces en este orden podrás estar seguro de que son las almas de las plantas quienes te guían y de que has encontrado la esencia floral más efectiva.

Si caes en la tentación de memorizar las descripciones de las plantas con sus efectos, es muy probable que en lugar de dejarte guiar, te obligues a ti mismo y a otros a encajar en un patrón predefinido.